
Problemas de pareja y de vinculación
Terapia presencial en Barcelona y online
Las relaciones son un proceso continuo de construcción, un espacio en el que se van formando cimientos, una estructura interna, una fachada y un techo que dan forma a lo que compartimos con la otra persona. A lo largo de esta construcción, es natural que surjan crisis. A veces, estas crisis pueden presentarse de manera más concreta o más difusa, pero siempre son señales de que algo no está funcionando como debería. Estos momentos de dificultad, aunque desafiantes, pueden ser una oportunidad para reajustar nuestros vínculos y mejorar la relación con los demás. Ya sea con la pareja, amigos o familiares, enfrentar y comprender estas crisis puede impulsar un mayor entendimiento mutuo. Sin embargo, cuando la crisis se convierte en un ciclo destructivo, es crucial contar con el apoyo especializado para desentrañar las causas subyacentes y encontrar caminos que nos permitan sanar nuestras conexiones emocionales.
La clave no está en la ausencia de conflictos, sino en cómo gestionarlos.
Una crisis bien gestionada puede solidificar tus relaciones ayudándolas a crecer.
No siempre los vínculos que formamos pueden superar estos desafíos y salir de las dinámicas que los mantienen por sí solos. Ahí es donde tu proceso terapéutico puede marcar la diferencia.
Trabajamos según el tipo de vínculo
No todas las relaciones de pareja ni todos los vínculos son iguales. Cada persona llega con sus propias expectativas y formas de relacionarse, y esto influye directamente en cómo se desarrollan las dinámicas. Existen diferentes tipos de relaciones que responden a patrones de apego.
Estos patrones pueden llevarnos a vincularnos de una forma excedida, dependiente, simbiótica o a vincularnos desde el miedo a la intimidad.
Es fundamental entender que no estamos encasilladas en un único tipo de apego, a lo largo de la vida, nuestras experiencias, relaciones y contextos pueden influir en cómo nos relacionamos.
En tu proceso terapéutico puedes identificar estos patrones e implementar herramientas para mejorar la comunicación y la conexión emocional de tus relaciones.
¿Cómo trabajamos tus problemas de pareja en terapia individual?
Un enfoque personalizado para tu historia
Cada persona es única, por eso combinamos lo que mejor funcione para ti. Desde nuestro enfoque integrativo exploraremos cómo tu estilo de apego (seguro, ansioso, evitativo) influye en tus elecciones y reacciones. Incluyendo técnicas corporales o mindfulness para calmar la ansiedad en momentos de conflicto y trabajando en reconstruir tu autoestima y autonomía, para que la relación sea una elección, no una necesidad.
Sanando las heridas que tu relación actual reactiva
¿Sientes que ciertas discusiones con tu pareja te transportan a viejas heridas o relaciones pasadas? El EMDR es especialmente útil cuando:
-Sientes que reaccionas de forma desproporcionada porque un conflicto actual te conecta con un dolor antiguo (como un abandono o traición previa).
-Repites patrones de apego (necesidad de control, miedo al rechazo) que vienen de experiencias no resueltas.
-Quieres romper el ciclo de "sé qué me hace daño, pero no puedo evitarlo".
Entendiendo tu mente y tus acciones
Imagina poder detectar esos pensamientos automáticos que te hacen decir "Nunca me entiende" o "Siempre acabo sola", y aprender a cuestionarlos. Juntas identificaremos las ideas distorsionadas que amplifican tus conflictos, las reacciones emocionales intensas y a reaprender maneras de comunicarte, establecer límites y manejar discusiones sin caer en ciclos tóxicos.
Objetivo: crear un vínculo adulto, horizontal y regulado emocionalmente
El objetivo de la terapia es ayudarte a construir un vínculo adulto, maduro y equilibrado. En una relación saludable, ambos miembros se sienten libres para expresar sus necesidades y deseos sin temor al rechazo o al juicio. Se trabaja en la regulación emocional, aprendiendo a gestionar los miedos a la traición, al abandono o al rechazo, y desarrollando la capacidad de afrontar los conflictos de manera constructiva.
El vínculo debe basarse en la igualdad, el respeto mutuo y la empatía. A través de la terapia, puedes aprender a fortalecer tu conexión emocional con tu pareja y a establecer una relación más saludable y estable, sin que los patrones destructivos del pasado interfieran en el presente.
¿Cómo sé si debo acudir a terapia?
Dificultad para resolver conflictos
Si sientes que se dan discusiones por los mismos temas sin llegar a una solución, o que éstas escalan rápidamente a gritos, insultos o descalificaciones, es posible que necesites herramientas para manejar los conflictos de forma más constructiva. Además, si evitas hablar de temas importantes por miedo a generar conflicto, o sientes que tu pareja no te escucha o no te entiende, podemos trabajar en mejorar la comunicación.
Dependencia emocional o distanciamiento
En algunas relaciones, uno de los miembros puede sentir que depende demasiado de la aprobación o presencia del otro, mientras que en otros casos, se evita compartir emociones o se prefiere mantener distancia. Si notas que uno de los dos está más comprometido que el otro, o que la relación se ha vuelto desequilibrada, la terapia puede ser útil para trabajar en un vínculo más saludable y equilibrado.
Celos, inseguridad, rupturas de confianza
Los celos y la inseguridad pueden generar desconfianza o control hacia la pareja, lo que afecta la dinámica de la relación. Si sientes ansiedad constante por miedo a que tu pareja te abandone o te engañe, o si han ocurrido infidelidades o mentiras que no han sido resueltas, la terapia puede ser un espacio para trabajar en la reconstrucción de la confianza y la gestión de estas emociones intensas.
La relación afecta de forma negativa a tu bienestar
Si sientes que la dinámica de pareja te genera ansiedad, tristeza o frustración constante, o notas que tu autoestima se ha visto afectada, es importante buscar ayuda. En tu proceso queremos ayudarte a entender cómo la relación está impactando tu bienestar y a desarrollar estrategias para cuidar de ti misma mientras trabajas en la relación.
Falta de intimidad emocional o física
Cuando la conexión emocional o física se debilita, es común sentir que la relación ha perdido su chispa. Si notas que tu pareja está distante, que evitáis el contacto físico o las muestras de afecto, o que la intimidad sexual se ha vuelto un tema conflictivo o inexistente, podemos trabajar para ayudar a recuperar las ganas, la cercanía y fortalecer el vínculo.
Dudas sobre el futuro de la relación
Si la idea de terminar la relación ha surgido en varias ocasiones, pero no sabéis cómo manejar una posible separación o cómo tomar la decisión, la terapia puede ofrecer un espacio para reflexionar sobre el futuro de la relación. A menudo queremos intentar salvar la relación, pero no sabemos por dónde empezar y es que no siempre se puede hacer sin un acompañamiento profesional.
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